HISTORIA DE LA RADIOAFICIÓN EN CALI

LOS RADIOAFICIONADOS DE CALI VIEJO

Visitamos a Carlos E. Valencia, para que nos contara sobre sus inicios como radioaficionado hace 60 años. (La entrevista fué realizada en 1989)

“Las primeras inquetudes que tuve, nos cuenta Carlos E., fueron con un grupo de amigos, ninguno de ellos radioaficionado, de los cuales recuerdo a Enrique Olaya Delgado, un pariente de Juan y dos más cuyos nombres se me escapan; como nuestra primera inquietud era escuchar emisoras Comerciales de los Estados Unidos y Europa; y puesto que en aquella época no existían aquí radios, tuvimos que construir nuestros propios receptores para sintonizar algunas emisoras, cosa que fue muy difícil, y generalmente las oíamos muy lejos y con mucha interferencia; las que se oían mejor era una estación de Pensilvania (USA) y una de Holanda, cuando había buenas condiciones.

En el Cali de los años 30 nadie conocía ni sabía qué era un Radioaficionado; fue en esa época que llegó a la ciudad procedente de los Estados Unidos Héctor Mackomi, quien fue el primero que nos habló de la radioafición y su filosofía. En la misma época llegó a Cali un inglés que era técnico en radio, contratado por el Gobierno para montar la primera estación inalámbrica, fue esta la primera estación interna que tuvo Colombia entre Cali y Bogotá; sus antenas eran altísimas y fueron instaladas en Juanchito¸ dicho caballero era Carlos Kilby quien vivió muchos años en Cali y se casó con una caleña. (La caleña a que hace mencion este artículo se llamaba Tulia Rengifo Caicedo, tía abuela de Juan Ma Yanguas).

Cuando terminó el montaje en Juanchito, Carlos Kilby se encontró en la Compañía a un profesor del grupo de radio escuchas y con él pasamos mucho tiempo aprendiendo sobre los equipos de radio y comunicaciones.

Los cachivaches de radio no se conocían en Cali y los encargaban a cuanto persona viajara a los Estados Unidos; Carlos E. Conserva la edición Nro.v 12 del “Manual de la Liga Americana de Radio” editado en 1934; actualmente van por la edición Nro. 80; en este libro estaban las instrucciones para armar un equipo de radio.

“Yo hice el primer transmisor en el año 1934 con esas indicaciones; Harold Escobar, quien fue el amigo que me trajo estos libros, se sentía parte de esta realización”, nos señala Carlos E.

Hasta entonces se conocía en Cali la VITROLA, un tocadisco de la Edison que producía el sonido por vibraciones y cuyo emblema era el famoso perrito de la cometa llamado familiarmente “la voz del amo”; la RCA-Victor realizó un cambio importantísimo al producir la ELECTROLA que era eléctrica, esto marcó una nueva era en la radio . Don Federico Burckardt tenía un almacen en la Plaza de Caicedo y fue el primero en traer las Electrolas y con ella Mr. Cuukar, un Norteamericano que era el único que sabía reparar dichos aparatos; como es de suponer, para quienes estábamos con inquietudes de radio, este personaje fue muy importante a pesar de la dificultad para comunicarnos.

Con una sonrisa de nostalgia recuerda Carlos E. Valencia cómo con un condensador viejo de una vitrola hizo el filtro para su primer equipo; como estaba dañado Mr. Cuukar se lo regaló y él desbarató el rollo de papel estaño, cuando lo encontraba perforado cortaba lo malo y lo unía nuevamente quedando perfecto para ponerle voltaje..

“Un pariente de Juan Delgado, cuyo nombre se me escapa; que fue el primer radioaficionado, trabajaba con don Enrique Olaya, dueño del único almacen de materiales eléctricos que había en la ciudad, nos colaborada también y utilizando “Lámparas de Forest” a manera de tubos de radio, rosetas para cielo raso, cordón de lujo, etc. Íbamos completando nuestros transmisores; así poco a poco nació el primer grupo de radioaficionados con Gerónimo Castillo, de Cartago y otros de Cali.

Los primeros con licencia de Cali fueron el señor Méndez y Antonio Restrepo, los que aún no teníamos Licencia utilizabamos letras para identificarnos; las mías eran 1-BC hasta el año 34 cuando el Ministerio me dio Licencia con 5EV; las de Juan Delgado, a quien le decían el “grillo”, eran EG.

El primer comunicado por telegrafía lo hice como 1-BC con Antonio Restrepo. Cuando no teníamos Licencia funcionábamos un poco clandestinamente y teníamos que escondernos, especialmente del negro Caicedo, quien era el representante del “halambrico de Juanchito”, algo así como la primera autoridad Gubernamental en comunicaciones. “En 1931, cuando yo tenía mi transmisor, nos reuníamos todos los días con Juan Miller, Juan Delgado, y nos iban a decomisar los equipos, a toda carrera corté los cables y guardé todo en la casa de un amigo “El negro” Caicedo nunca llegó, era una falsa alarma”.

“Los primeros comunicados fuera del país los hice con Ecuador, Costa Rica y Cuba”; recuerda Carlos Valencia, cuando recibió un telegrama del en ese entonces Oficial del Ejército, Gustavo Rojas Pinilla, “anotándome que mis transmisiones estaban interfiriendo las comunicaciones del Ejército”. Todos estos comunicados eran en telegrafía.

“Más adelante otras personas que nos ayudaron mucho fue el Doctor Florentino Calderón, oriundo de Pasto, quien había estudiado Ingeniería Eléctrica en los Estados Unidos y era un excelente profesional, que tenía la distribución de la Westinghouse; Enrique Kruse, alemán que importó los primeros radios Philliphs de Holanda y Punto Azul de Alemania; el señor Bukerman que trabajaba con Alfonso Bryon quien al finalizar sus estudios en Alemania regresó a montar un almacén de herramientas, probadores eléctricos,etc. Trajo como Técnico a Bukerman, que era muy buena persona y nos daba consejos, fórmulas; lo visitábamos cuando Alfonso no estaba, nos regalaba tubos dañados y lo consultábamos cuando estaba solo, pues Alfonso, quien fuera radioaficionado años más tarde, era muy celoso de su técnico.

Así ayudado por esas personas y con iniciativa propia, consiguiendo una cosa aquí y otra allá, cada cual construía y actualizaba a su manera su transmisor de radio, era una verdadera escuela, hoy no sucede nada similar, pues ya se compran los aparatos hechos, si se dañan se mandan a reparar o se adquiere uno nuevo.

Unidos por un mismo interés pero muy heterogéneo se formó un grupo de radioaficionados de los cuales recuerdo a Gilberto Holguín, Mario Roncallo, Carlos Cajiao, Francisco Buenaventura, Gabriel Hoyos P., Antonio Restrepo, Daniel Benítez, Alberto Caicedo, Guillermo Rivas, Ramón Fong.

Más adelante se unieron Pablo Roncallo y tantos otros colegas y amigos inolvidables. Recuerdo que Rivas vivía en el barrio Obrero, que quedaba lejísimos de Cali, en una casita de madera, y tenía un gallo que siempre que prendía el radio empezaba a cantar y era muy divertido, Rivas se inclinó por la radio comercial fundando la primera emisora de Cali que se llamó “La voz del Valle”. Estaba donde está hoy el edificio de la Colombiana de Seguros. Luego se montaron otras emisoras, la de un señor Angulo y “Radio Pacífico” de Antonio Restrepo.

Hablando de radioafición con audio, no telegrafía; fue en 1936 que comenzamos esa transmisión tan importante, pero a los tres años comenzó la Guerra Mundial y nos suspendieron las licencias, podíamos oir pero no transmitir.. Nunca fue muy clara la razón de esta medida, pues Colombia no intervino en el conflicto, pero aún los Alemanes que vivían en nuestro País tuvieron que localizarse en ciudades que estuvieran a 200 millas de la costa, ya que se decía que los submarinos alemanes llegaban a la Costa Pacífica a surtirse de alimentos y agua en Bahía Solano y la Bahía de Utría. Recuerdo a Don Martín Eskorosky, Cónsul de Alemania, Enrique Vellage, al señor Koni y otros que salieron de Cali por estar muy cerca de la costa.

Ya en 1942 reanudé transmisiones despues de cinco años sin licencia y compré mi primer equipo ya manufacturado un Hally Crafster HT9, este equipo me dió dolores de cabeza, pues quiero aclarar que para nosotros los equipos de radio eran valiosísimos, emocionalmente hablando, era un radio consentido; el General Rojas Pinilla era Presidente y el señor Samuel Duque locutor de la casa de Nariño. El Sr. Duque me visitó para que le prestara el “equipo de radio”, ya que el General lo necesitaba para transmitir desde Pasto donde inauguraba una planta eléctrica, ese favor era una orden, así que empaqué mi equipo y se lo llevaron; después de mucho tiempo me lo devolvieron en pésimas condiciones y con los tubos fundidos.

Los radioaficionados cumplimos entonces una importantísima labor en comunicaciones ya que suplíamos, por decirlo así, las cadenas de radio comerciales y el teléfono.

En la Carrera Panamericana de autos entre Argentina y Venezuela en el año 50, en cada capital éramos nosotros los que transmitíamos la llegada e informábamos horas de salida, dificultades,etc.. Fue allí, enfrente del Hospital Departamental, en la puerta del Club San Fernando, donde recibiendo a los corredores con mi hijo Enrique nació en él el interés por la radioafición que luego ha proyectado en sus hijas.

Cuando se fundó la Liga Colombiana de Radioaficionados con la Presidencia de Italo Amore hace 54 años con una filosofía tan limpia y linda, como es la igualdad de todos, sin distingos de razas, religión, color político o nivel económico, ingresé a ella como socio, después fui coordinador de la Liga en la Zona Quinta, luego mi hijo Enrique fue Presidente Seccional y Presidente Nacional, hoy mi nieta Isabella es miembro de la Junta Directiva de la Liga en Cali..

Es muy satisfactorio ver una tercera generación comprometida con algo que yo inicié hace 60 años”, remata con gransatisfacción nuestro entrevistdo.

Nota: Esta Entrevista fue realizada por “Despertar Vallecaucano”, en Agosto de 1989″.

Transcripción del períodico Original – hecha por: Carlos Enrique Galvez, HK5NBE.
13-05-2002